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Esta semana he estado de cursillo, y que curso. Cinco días montado encima de mi
piragua, acompañado de buena gente y en escenarios de lujo. Realmente no conocemos lo que tenemos cerca de nosotros, y lo reconozco el primero. Ver el
Ebro desde dentro, en un corto trayecto (San Adrián - La Barca de
Azagra), te invita a descubrir rincones mágicos,
llenos de naturaleza, con animales que nunca habías visto, curiosidades como la
desembocadura del
Cidacos (no bajaba ni gota) y lo
cerdos que somos con el medio ambiente (que cochino bajan las aguas del
Ebro). Unos días en
los que hemos disfrutado y también concienciado de el daño que le hacemos a la naturaleza. También como desde un deporte minoritario, te enseñan a disfrutar de él y engancharte a esta pequeña droga. Darles las gracias a Luis y Miguel que nos han aguantado estos días, al resto de los
participantes en el curso y al
Ayuntamiento por organizarlo. Y desde aquí os animo a que en
próximas ediciones os
apuntéis. Si
pincháis la foto
podréis ver alguna más, en próximos días colgaré las que me mande Luis dentro del río.
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