lunes, 2 de julio de 2012

CAMPEONESSSSSSSSSSS



Nuestra ciudad se unió a la fiesta que inundó de rojo todas las localidades de España este pasado domingo. A las 7 de la tarde los bares, peñas, bajos y domicilios particulares se empezaban a preparar para la cuenta atrás, esperando el inicio de la tan esperada y soñada final del Europeo 2012. Camisetas, banderas, bufandas, pinturas....el rojo se convertía en el color de Calahorra y de todo el país. A las 20:35 sonaba y retronaba el himno de España en toda nuestra ciudad, que parecía una ciudad fantasma, sin coches ni peatones en sus calles. Empezaba el partido, empezaba a rodar el esférico en el Olímpico de Kiev, con la bandera de La Rioja presente y protagonista de la grada del estadio, con muchos riojanos viviendo en directo la gran final ante la escuadra italiana y  con los ecos de los aficionados  españoles que hacían llegar sus ánimos desde nuestro país. La final fue frenética, emocionante. Los de Del Bosque controlaban el balón, tocaban y manejaban el partido a su placer. En el minuto 14 la conexión Iniesta-Fábregas, dejaba en bandeja el pase de la muerte para que finalizase de cabeza a las mallas Silva. La Roja abría el marcador y  daba un serio mazazo a Italia. Después llegaría el golazo de Jordi Alba, en una gran galopada que reventaba ante Buffon, haciendo estallar a la grada roja y a la marea roja que veía el partido por la televisión. En la segunda parte, España continuaba demostrando que era el mejor conjunto del continente, con una lección de juego, dejando muy pocas ocasiones a los italianos. En la recta final, Torres y Mata iban a firmar la puntilla a la azurra y encendían la mecha de una fiesta que rápidamente, segundos después de que Casillas levantase al cielo el título de campeones, se lanzaron los calagurritanos a las calles, para unirse en la Glorieta del Ayuntamiento, ante los pies de Quintiliano que se vistió con los colores roji-gualda. El corazón de  nuestra ciudad latía fuerte e intensamente gracias a la selección española, dejando aparcada la crisis por unas horas y disfrutando en la fuente, con los amigos, en los coches llenos de banderas o en los remolques que llevaban a sus lomos una marea roja. Una hora de alegría que volvió a teñir de rojo nuestra ciudad, en una fiesta que seguro se quedará grabada en la mente de los calagurritanos y que mira ya al Mundial de Brasil donde esperará Quintiliano para ser el espectador de la celebración de una nuevo título.

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