Sin duda alguna, para muchos de los aficionados (de los pocos aficionados) que ayer decidieron pasar frío en el Municipal a unas horas un poco bastante tardías, tendría que haber disfrutado de lo lindo con la goleada de su equipo al Villegas, goles, muchos toque, alguna jugada para enmarcar, pero creo que para muchos de ellos lo mejor fue el bocadillo. OS pongo la foto para que veáis que no es mentira lo que digo. El Calahorra jugó bien pero es que no tuvo rival, por no dar no dio ni patadas. Así que os dejo la crónica del choque.
Los rojillos sumaron en la tarde de ayer cinco nuevos tantos a su cuenta goleadora. Eso a costa de un rival que no incomodó en ningún momento al cuadro local, que fue dueño y señor del partido, imponiendo el ritmo y controlando el esférico. Nacho Martín planteó el encuentro con lo que tiene, y desde el primer minuto empezaron a mover el esférico, con Maño como eje, de una banda a otra esperando pacientemente su oportunidad. Las ocasiones llegaban continuamente ante un equipo replegado en su terreno de juego, que estuvo hasta casi la segunda mitad sin cruzar la medular. Solo dos disparos flojos a las manos de Moisés en el minuto 6 y el 88 fueron todo el peligro creado por el cuadro visitante. A pesar de este talante defensivo, los rojillos entraban por las bandas a su mercé, y solo tardaría 15 minutos en inaugurar el marcador, en una de las primeras jugadas que los arietes locales lograron finalizar entre los tres palos. De esta manera, un centro largo desde la divisoria de Joseba, que firmó un buen y completo partido ayer, acabaría en el fondo de las mallas gracias al remate de espaldas de Escalada ante la salida de Orlando, peinando el centro lo justo para evitar al cancerbero. En la jugada posterior sería el francés Cotant el que perdonaría un nuevo tanto solo delante del portero del Villegas. El segundo no tardaría en llegar en pleno asedio rojillo, que hizo retroceder a la defensa logroñesa hasta defender con una línea muy poblada en la frontal. Félix del Puente se desquitaba de una ocasión errada hacía pocos minutos, y marcaba tras una jugada que arrancaba en sus botas en el centro del campo, y se quedaba solo delante de Orlando gracias a una pared con Felipe. El Villegas parecía que bajaba los brazos y el Calahorra no paraba de atacar pero sin prisas. Tras el paso por los vestuarios, el conjunto visitante adelantó líneas, y buscó presionar la salida del balón de los locales, obligando a estos a buscar los pases largos, pero dejando la puerta abierta a lo que más le gusta a los calagurritanos: explotar la velocidad por las bandas. Ante esa situación las ocasiones de gol continuaron llegando. En el 47 del Puente gozó de una clarísima ocasión tras saque de esquina, que el portero logró despejar y el propio Félix mandó por encima del larguero en la boca de gol. Del jugador calagurritano sería el centro que en el 57 Edu Martín aprovecharía para sentenciar el choque, sin que Orlando pudiera evitarlo. Los cambios ayudaron a refrescar el juego rojillo y darle más mordiente arriba. Ignacio explotó en velocidad en el 68 desde su propio campo, y a altura de la frontal asiste a Cotant que chuta dispara duro pero que logra blocar Orlando con cierta dificultad. Ignacio sería el protagonista del cuarto gol, tras una jugada rápida, que acabó con Ignacio recortando al portero y marcando a puerta vacía. El portero del Villegas fue el culpable de que su equipo no encajara una goleada mayor, con varias intervenciones que evitaron que el esférico acabase en las mallas. Una de ellas se produjo en el 85, tras una jugada de pizarra, que Joseba pone en el punto de penalti y Escalada la coloca de cabeza en la escuadra, pero no contó con la precisión del meta. Ya con el tiempo recién cumplido, Edu Martín pondría el punto y final al encuentro colocando el quinto en el marcador del Municipal. Orlando logra despejar un cañonazo desde la frontal de Joseba, pero no puede hacer lo mismo con el disparo de Edu tras recoger el rechace. De esta manera el Calahorra cumple con su obligación de ganar para mantenerse enganchado en la persecución del grupo de cabeza.
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