
Se disputaba el minuto 20 de la segunda mitad cuando el cielo descargaba sobre el Municipal rojillo con un auténtico aguacero, que se convirtió en un aguacero de goles sobre la portería del Aldeano. Cinco en la segunda mitad y cuatro de ellos en el último cuarto de hora. Hasta entonces el partido había transcurrido con cierta y aparente calma, el Calahorra tenía el control del balón, comandaba el juego, pero el Aldeano respondía con una defensa muy difícil de penetrar y un contragolpe que en cualquier momento podía “asaltar la banca” de la Planilla. Los locales parecían sin ideas, espesos, sin encontrar la manera de romper y encontrar pases cómodos para llegar hasta el área visitante, que planteaba dos líneas muy juntas en su terreno de juego con Víctor Morales preparado para saltar en cualquier momento al ataque aprovechando una pérdida rojilla, un pase largo de su zaga o alguna pared de Leo. Un juego muy directo y vertical, que contrarrestaba el Calahorra a base de bajar el esférico al suelo y mover de banda a banda. Andrés se colocó en la medular, dejando el lateral a Miguel, que se precipitaba lanzando pases largos. Toledo estaba tapado y eso lo notó el equipo de Salvatierra. Las mejores ocasiones de la primera mitad las puso el Aldeano. En el minuto 19 Guille no llegaba de milagro para empujar a las mallas un cabezazo de Guille y cinco minutos después Julio salvaba por dos veces consecutivas dos obús a bocajarro del capitan blanquillo. Andrés intentaba contraatacar con disparos lejanos. A pesar de ello sería el Calahorra quien se adelantaría en el marcador, en la primera ocasión clara que tuvo. Corría el 41 cuando Toledo sacaba desde el banderín, cabecea Naya sobre el portero y el rechace lo mete en la portería Escudero. Tras el descanso, Javito sustituía a Miguel, pasando a l

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