River Ebro: Moisés, Carlos (ROlán, 57´), Medrano, Javi Tres, Charli, Suescun, Escalada, Arpón (Arturo, 74´), Álvaro, Parri e Iñigo Gil.
U.D.Logroñés “B”: Carlos, Barrachina, Rocha, Josu, Argáiz, Matas (Escudero, 88´), Mazana (Mario León, 64´), Miguel (Iván Rudiez, 64´), Lozano, Peio y Tamayo.
Goles: 0-1, Peio (10´); 1-1, Álvaro (16´); 2-1, Iñigo (54´); 2-2, Mario León (68´) y 2-3, Peio de penalti (87´).
Árbitro: partido dirigido por el señor Diego Alonso asistido por Ángel Domínguez y Carlos Martínez. Amonestó con amarilla al rinconero Rolán y al logroñés Josu.
Incidencias: Municipal de San Miguel ante más de 250 aficionados.
Remontada “In extremis”
Peio de penalti da los tres puntos a la UDL rozando el minuto 90
A falta de tres minutos para que se cumplieran los 90 reglamentarios, Peio, jugador de la UDL esperaba la señal del colegiado para firmar la remontada desde el punto de penalti. Sonaba el silbato, cogía carrera desde la media luna, miraba a Moisés, que esperaba bajo la portería del River, y sacaba un disparo seco, raso y recto, que acababa en el fondo de las mallas de la puerta local. Moi se lanzaba erróneamente al palo izquierdo. De esta manera la UDL lograba culminar la remontada en el campo de San Miguel. El primer desplazamiento de los rojiblancos (ayer de azul) se definió como un partido igualado, muy peleado, con alternativas en el juego y que aunque parecía en un principio que los logroñeses iban a tener noventa minutos cómodos, el Ríver sacó rabio y le plantó cara, con un juego práctico, rápido y que dejó KO durante varios tramos del choque a los hombres de David Ochoa.
El partido comenzó con la balanza equilibrada, con la UDL intentando hacer circular el esférico entre líneas, de una banda a otra buscando a hombres importantes y vitales para ellos como Tamayo o Peio, pero enfrente el Ríver ponía una línea infranqueable de presión, que asfixiaba y no dejaba pensar al centro del campo visitante. El balón lo tenía el Logroñés pero sin peligro, hasta que en el minuto 10, marcaba Peio, en una triangulación de pizarra, con Tamayo que arrancaba, hacía la pared con Lozano y después ponía el gol en bandeja a Peio que empujaba lejos del alcance de Moisés. El River en lugar de bajar los brazos, se levantó y devolvió el golpe a su rival, con una cabalgada de Parri por la derecha, este apuraba línea de fondo y colgaba su centro al corazón del área donde Álvaro clavaba el tanto de cabeza. El Logroñés estaba bien colocado pero saltaba al ataque a zarpazos. Al River se le iba acabando poco a poco la gasolina, dejaba más espacios y no mantenía la presión en las marcas. Arpón estaba desaparecido en el campo y Escalada entraba torpe al corte en su nueva demarcación en el eje de la defensa con Javi Tres que fue la sombra de Peio y mantuvo la compostura de la defensa. Las pocas ocasiones que se veían caían sobre la portería de Moisés. Este estuvo especialmente acertado en el 35, blocando el balón en un mano a mano con Tamayo, que culminaba la jugada de Mazano. El Ríver iba a aparecer en los últimos instantes de la primera mitad. Primero era Arpón, quien aparecía y ponía su calidad en una asistencia para Álvaro, que no acabó en gol gracias al oportunismo de Barrachina. Y para terminar Álvaro chutaba duro desde fuera del área rozando la cruceta. Tras el descanso, el Ríver salió “enchufado” y lanzado al ataque, ante un rival que parecía ausente y que se había quedado en los vestuarios. El Ríver iba a lograr darle la vuelta al marcador con una falta botada por Arpón, desde la esquina izquierda, que Iñigo peinaba a las mallas sorprendiendo desde atrás. El gol encendió las alarmas visitantes. Mario León saltó al campo y en cinco minutos devolvió a la UDL al partido. Mario recibía solo, perpendicular a la media luna y chutaba a la escuadra magistralmente sorprendiendo al cancerbero rinconero. La igualada despertó al equipo de Ochoa, que se vio capaz de llevarse los tres puntos de San Miguel y no cesó el asedio hasta lograrlo. El Logroñés jugaba sin pasar por la medular, con la línea muy adelantada y lanzando balones en búsqueda de Tamayo o Peio en las bandas para romper en el área. Rocha se sumaba al ataque y el eje presionaba a una defensa que se veía desbordada. Javi Tres jugó con fuego (no señaló el colegiado penalti) en una jugada trenzada entre Peio, Tamayo y Rocha, que finalizaba este último sin ángulo a las manos de Moisés. A falta de menos tres minutos para los 90, Lozano forzaba el penalti que iba a dar la victoria a su equipo para continuar en la cabeza del grupo riojano. Tras el gol, el Ríver se lanzó a la desesperada sobre la meta rival. Dos saques desde el banderín en un área donde estaban todos los jugadores a excepción de Moisés, escribieron el punto y final del partido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario