
A pesar del madrugún, con la resaca de la goleada del sábado en el partido de ida del Natur al Haukar, me presenté en Tudela a las 9 y poquito de la mañana, que sueño, pero no creáis que duró mucho porque en un momento me desperté tras 15 minutos dando vueltas por las calles tudelanas perdido con el coche. Al final encontré la zona de entrega de dorsales, y me quedé blanco (era verdad las predicciones e informaciones de Félix y de David que me hablaban de más de 400 corredores). Luego pillé mi ordenador (compañero de batallas) hasta la zona meta y poco a poco bajo un aguacero importante montando el equipo con Moom, disfrutamos de un mini streptis de la vecina del primero del piso de enfrente, y mira que me decía Ramón que que fastidiado me había caído de la cama para imaginar esas cosas, pero era verdad.
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